Ejemplo Responsive

La madrugada del 27 de febrero de 2010, mientras millones de chilenos despertaban entre gritos y escombros, José —guardia en un centro comercial de Talca— organizaba la evacuación de decenas de personas que buscaban salir del edificio. “La luz se cortó, había vidrios por todas partes y la gente lloraba. Lo único que pensé fue en sacarlos rápido”, recuerda. Su relato es uno entre muchos que rara vez aparecen en las portadas, pero que evidencian una realidad: los guardias de seguridad están en primera línea cuando ocurren catástrofes naturales.

El papel de los guardias de seguridad durante emergencias

Cuando un terremoto, un incendio forestal o un aluvión golpea, las instituciones oficiales tardan en llegar. Durante esos minutos críticos, la primera respuesta suele provenir de quienes ya están en terreno: vecinos, trabajadores y personal de seguridad privada.

Los guardias de seguridad asumen entonces funciones que van más allá de la vigilancia:

  • Organizar evacuaciones en edificios y espacios públicos.
  • Cuidar accesos para evitar saqueos o ingresos indebidos.
  • Colaborar en la entrega de agua, alimentos o asistencia básica.
  • Ofrecer calma y orientación a personas en shock.

“En medio del caos, la gente necesita a alguien que dé instrucciones claras. Muchas veces ese alguien es un guardia”, señala Claudia Pino, especialista en gestión de emergencias.

Historias desde el terreno

En 2015, tras el aluvión en Atacama, los guardias de una empresa minera improvisaron un centro de abastecimiento en los campamentos, repartiendo agua y víveres mientras se restablecía la conexión con la ciudad.

Durante los incendios forestales de 2023, algunos colegios transformados en albergues tuvieron en sus puertas a guardias que resguardaban las pertenencias de familias desplazadas. “Era lo único que nos quedaba, y ellos se aseguraron de que nadie nos robara”, cuenta Teresa, vecina de Santa Juana.

Estos episodios muestran que, en medio del desastre, la seguridad privada no solo protege bienes: también cuida la dignidad y la tranquilidad de las comunidades.

Preparación y profesionalización

La industria de la seguridad ha ido asimilando estas experiencias. Hoy, cada vez más empresas capacitan a su personal en manejo de crisis y protocolos de emergencia:

  • Primeros auxilios y uso de extintores.
  • Coordinación con bomberos y servicios de salud.
  • Conocimiento de rutas de evacuación en edificios y faenas.
  • Técnicas de comunicación en contextos de pánico colectivo.

Miguel, guardia en un hospital de Santiago, describe así su experiencia: “Cuando tiembla, no basta con quedarse en la puerta. Tenemos que guiar a pacientes, orientar a doctores y asegurarnos de que nadie se quede atrás. En esos minutos somos parte del equipo médico”.

Conclusión

Las catástrofes naturales revelan un rol poco reconocido: el de los guardias de seguridad como actores claves en la protección de vidas, bienes y comunidades. No se limitan a vigilar, sino que lideran evacuaciones, contienen el miedo colectivo y garantizan orden en los momentos más frágiles.

Reconocer su aporte es también prepararnos mejor como país frente a emergencias inevitables. Porque cada vez que la tierra tiembla, el fuego avanza o el agua arrasa, siempre hay un guardia que, desde el anonimato, sostiene la calma cuando más se necesita.

Llamar a un experto Llamar a un experto