Un fenómeno que vuelve a crecer: portonazos en el norte de Santiago
El aumento de portonazos en comunas como Colina, Lo Barnechea y Chicureo no solo preocupa a los residentes: está modificando la forma en que los condominios evalúan su seguridad perimetral y sus accesos.
Durante 2025, los registros de Carabineros y la Subsecretaría de Prevención del Delito evidenciaron un alza significativa de delitos en zonas residenciales de alto flujo vehicular, especialmente durante horarios de retorno a casa.

Los vecinos apuntan a un factor que se repite en los reportes policiales: accesos sin vigilancia efectiva, portones poco iluminados, guardias sin apoyo tecnológico y ausencia de cámaras con visión perimetral.
En palabras simples:
el punto más vulnerable de un condominio sigue siendo la entrada y salida de vehículos.
Por qué estas comunas se volvieron un objetivo frecuente
La zona norte de Santiago combina tres elementos que explican el alza en los portonazos:
1. Conectividad directa con autopistas y vías de escape rápidas
La ruta 5 Norte, Radial Nororiente y Vespucio permiten que bandas organizadas huyan en segundos.
2. Residencias de alto valor
Los delincuentes asocian a estas comunas con autos de gama media y alta, ideales para reducción o reventa.
3. Accesos vehiculares poco vigilados
Muchos condominios funcionan con sistemas manuales o guardias sin apoyo de tecnología.
Según informes internos de seguridad municipal, en sectores como Chamisero, Piedra Roja y Lo Barnechea oriente, la mayoría de los asaltos ocurre en:
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Portones sin iluminación.
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Entradas sin cámaras.
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Calles de baja supervisión nocturna.
Vecinos denuncian lo mismo: “Entradas mal iluminadas y sin control real”
Durante reuniones comunitarias realizadas en Chicureo y Colina en 2025, los residentes coincidieron en tres quejas recurrentes:
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Guardias que dependen solo de comunicación verbal en horarios críticos.
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Cámaras sin visión nocturna o sin grabación continua.
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Accesos vehiculares que no diferencian residentes, visitas y proveedores.
En palabras de un vecino de Piedra Roja:
“En esta zona cualquier descuido se paga caro. Un portón lento o un guardia distraído es suficiente para que entren detrás tuyo”.
Datos recientes que explican la gravedad del problema
Los últimos informes policiales muestran que los portonazos no solo siguen ocurriendo: están cambiando su patrón.
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Más del 60% sucede justo al llegar al domicilio.
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El 45% ocurre entre las 20:00 y 00:00.
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En un 70%, el ingreso no tenía vigilancia activa ni cámaras perimetrales operativas.
Es decir, el delincuente actúa donde sabe que la respuesta comunitaria es débil.
Cuando el acceso falla: el riesgo legal y operativo para los condominios

Un acceso sin vigilancia deja expuestos a residentes y a la administración.
Un portonazo dentro o frente al condominio puede generar:
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Responsabilidad civil por infraestructura insegura.
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Aumento de primas de seguros.
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Reclamos formales de residentes.
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Exposición mediática que afecta la reputación del condominio.
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Procesos de auditoría interna del comité de administración.
El acceso no es solo una puerta: es el punto de mayor riesgo jurídico y operativo de toda la comunidad.
Cómo Federal Seguridad interviene ante este tipo de escenarios

En condominios del norte de Santiago, Federal Seguridad ha implementado un modelo mixto que combina personal entrenado con tecnología aplicada al entorno:
Guardias con OS10 al día
Supervisión activa, protocolos de reacción y control profesional del entorno vehicular.
Monitoreo CCTV con visión nocturna y analítica
Reconocimiento de patrones, alertas automáticas y evidencia grabada.
Apoyo territorial en Chicureo
Al operar con oficinas locales, la empresa garantiza tiempos de respuesta menores y supervisión en terreno.
Protocolos estandarizados para ingresos y salidas
Nada queda a criterio personal: todo queda registrado y auditado.
El resultado: accesos más seguros, tiempos de reacción más rápidos y una disminución directa de vulnerabilidades que los delincuentes suelen explotar.
Medidas que los condominios pueden implementar hoy mismo
No todos los accesos requieren grandes obras para mejorar la seguridad.
Estas acciones, cuando se aplican en conjunto, reducen significativamente la probabilidad de sufrir portonazos:
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Instalar cámaras perimetrales con visión nocturna.
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Mejorar la iluminación mínima en portones y callejones.
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Implementar lectura rápida de placas o verificación previa de visitas.
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Capacitar al personal en protocolos OS10 reales.
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Establecer “tiempo seguro de cierre” en portones automáticos.
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Integrar monitoreo activo en momentos de mayor riesgo.
Pequeñas mejoras pueden generar una barrera real frente a bandas organizadas.
Conclusión: los portonazos se combaten comenzando por el acceso
Las estadísticas y testimonios muestran un patrón claro:
cuando el acceso falla, todo el condominio queda vulnerable.
Los portonazos no son un fenómeno aislado, sino una consecuencia directa de accesos desprotegidos, portones lentos, guardias sin apoyo tecnológico y ausencia de monitoreo en tiempo real.
Las comunidades del norte de Santiago lo están entendiendo: hoy, contar con un servicio profesional como Federal Seguridad no es un lujo, sino una medida de supervivencia urbana.