Un amanecer en una planta industrial en Quilicura. Antes de que los trabajadores ingresen, un dron despega y sobrevuela los perímetros registrando imágenes en tiempo real. A pocos metros, un guardia revisa la transmisión en su tablet, mientras coordina con sus compañeros mediante una aplicación móvil que registra turnos, rondas y alertas. La escena, que hace una década parecía sacada de la ciencia ficción, hoy es parte del día a día en varias empresas chilenas. Así es como los guardias de seguridad empiezan a convivir con la tecnología para ampliar sus capacidades y adaptarse a nuevos riesgos.
La evolución tecnológica del rol de los guardias de seguridad
Durante años, la imagen del guardia estuvo asociada a la vigilancia presencial: un uniforme, una linterna y un cuaderno de registro. Sin embargo, los tiempos cambiaron. Hoy, la seguridad se enfrenta a desafíos cada vez más complejos: grandes extensiones de terreno, delincuencia organizada y amenazas cibernéticas con impacto físico en instalaciones críticas.
Los guardias de seguridad han evolucionado hacia un perfil más tecnológico gracias a:
- Drones de vigilancia, que permiten patrullajes aéreos sin exponer al personal.
- Aplicaciones móviles, que reemplazan las planillas de papel con reportes en línea.
- Sensores conectados a la nube, que alertan sobre intrusiones o anomalías en segundos.
- Geolocalización en tiempo real, que garantiza la trazabilidad de rondas y movimientos.
“Hoy un guardia no solo observa, también analiza datos y toma decisiones rápidas basadas en la información que recibe en su dispositivo”, explica Daniela, especialista en seguridad corporativa.
Cómo funcionan los drones y las apps en la práctica
Los drones permiten:
- Recorrer grandes perímetros en pocos minutos.
- Acceder a zonas de difícil alcance sin riesgo humano.
- Grabar imágenes en alta definición como respaldo ante incidentes.
- Activar sirenas o luces de disuasión en tiempo real.
Las aplicaciones móviles, por su parte:
- Digitalizan rondas de vigilancia con evidencia fotográfica.
- Envían alertas automáticas a supervisores y clientes.
- Facilitan la coordinación de equipos en terreno.
- Mejoran la transparencia mediante reportes verificables.
En conjunto, estas herramientas convierten a los equipos de seguridad en unidades más eficientes, conectadas y proactivas.

Testimonios de una transición en marcha
Luis, guardia en un centro logístico en Pudahuel, cuenta su experiencia: “Al principio pensé que los drones nos iban a reemplazar, pero ahora veo que son un apoyo. Mientras el dron vigila desde arriba, yo me concentro en controlar accesos y ayudar a los trabajadores”.
En una minera del norte, María utiliza una app móvil para registrar cada ronda: “Antes debía llenar papeles que nadie leía; ahora el sistema envía el reporte al supervisor al instante. Me siento más respaldada”.
Estos testimonios muestran que la tecnología no sustituye, sino que potencia el rol humano, dándole mayor alcance y capacidad de respuesta.
Conclusión
El futuro de los guardias de seguridad ya no se entiende sin el apoyo de drones y aplicaciones móviles. La tecnología multiplica su alcance, aumenta la transparencia y mejora la capacidad de reacción.
Lejos de desaparecer, los guardias se consolidan como figuras más especializadas, capaces de integrar datos, coordinar equipos y tomar decisiones en entornos cada vez más complejos. En ese equilibrio entre el ojo humano y la visión tecnológica, se juega la seguridad del mañana.